Fue autor de frases como «sumbudrule», «Angueto quedate quieto» y «qué gusto tiene la sal», pero también instauró el «chupetómetro», en el que los nenes iban a dejar allí el chupete.
Justamente, una de sus frases más recordadas es cuando decía: «¡¡¿Qué gusto tiene la sal?!!» y todos los chicos contestaban gritando «¡¡¡Salaaaado!!!».
El propio artista contó que la idea nació en 1969, en una tarde tranquila en Mar del Plata, cuando un chico lo miraba atento y Balá haciendo como que no lo veía preguntó varias veces en voz alta: «¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?».
El nene permanecía silencioso y él siguió: «Ahhh, el mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tiene la sal?». Y antes de salir corriendo el chico le respondió: «¡Pero, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!». Y así nació un éxito que atravesó cuatro generaciones.