Un grupo de vecinos se reunió esta tarde en la esquina de las avenidas Fortunato de la Plaza y Jacinto Peralta Ramos para manifestarse por la constante inseguridad que viven a diario tanto en el barrios El Martillo como en El Progreso, Florencio Sánchez y Fortunato de la Plaza.
Estas concentraciones para exigir seguridad ya son recurrentes en distintos puntos de Mar del Plata. «Estamos cansados», «No se puede vivir así», «Pedimos mayor presencia policial» y «Nadie nos ayuda» son algunas de las frases que se repiten entre los vecinos. El caso de esta manifestación en «La 39» y Jacinto Peralta Ramos no fue la excepción.
El jubilado que el martes pasado fue sorprendido por un ladrón para robarle el auto y le disparó en la espalda brindó a Canal 8 un testimonio escalofriante: el tiro solo le agujereó la campera y salvó su vida de milagro.
«El martes a la noche fui a la farmacia a buscar unos medicamentos y volví para mi casa. Cuando estaciono, abro la reja y veo que un sujeto se acercaba desde la esquina. Me apuré para entrar el auto pero corrió más ligero, me tiró al suelo y me tiró un tiro en la espalda», relató.
El señor dijo que pensó que «era un cuete» y que buscaba asustarlo. El delincuente, se llevó su auto y él resultó ileso. «Me saqué el abrigo y vi la quemadura de pólvora. La campera tiene entrada y salida de bala, pero no me tocó la piel. Me quedé mal, se llevaron el auto de mi hija, que viajó y me lo prestó para llevar a mi esposa al médico, que está fracturada de un pie», expresó.
El hombre señaló que tuvo otros vecinos que sufrieron robos de motos y de baterías de autos, y advirtió que algunos habitantes del barrio están armados. «Que se cuiden porque tenemos vecinos armados. Estamos preparados, cansados, no aguantamos más. Que el gobernador haga algo para que esto se mejore», declaró.
«Les pedimos por favor que nos ayuden»
Lourdes, miembro de una familia que vive hace 40 años a media cuadra del lugar donde eligieron los vecinos para manifestarse, contó que en las últimas dos semanas delincuentes ingresaron a las casas de sus padres y de sus tíos, quienes viven a pocos metros de distancia.
«Hay inseguridad todos los días. Los ladrones castigan a la gente, entran con todo. A mis tíos los golpearon cuatro tipos y les daban corriente. Les robaron todo y querían más. Apareció mi otro tío y les dijo que iba a llamar a la policía, recién ahí escaparon», relató.
Lourdes pidió ayuda a las autoridades de forma desesperada. «Les pedimos por favor que nos ayuden, no podemos vivir más así. Necesitamos seguridad en el barrio, la zona está liberada totalmente. Estamos cansados y nos unimos para que nos ayude alguien, por favor. No tenemos el apoyo ni el respaldo de nadie», exclamó.