Los italianos votaban este domingo para elegir un nuevo Gobierno en comicios que tienen como amplia favorita a una coalición de derecha contraria a la inmigración y crítica con Europa cuya líder Giorgia Meloni podría convertirse en la primera mujer premier del país.
Con más de 46 millones de personas habilitadas para votar, en las elecciones se elegirán 400 diputados y 200 senadores con los que se renovarán las dos Cámaras del Parlamento y se dará el primer paso para la formación de un nuevo Gobierno.
La elección fijará la composición del Legislativo para los próximos cinco años y configurará el Parlamento que deberá darle el voto de confianza a la coalición que emerja con más fortaleza para formar un Gobierno en base a lo que indique el presidente Sergio Mattarella.
Las urnas abrieron a las 7 y cerrarán a las 23 locales (las 18 en Argentina) para dar tiempo a votar a las 46.127.514 personas que están habilitadas para hacerlo dentro de Italia.
Además de los electores repartidos en más de 61.000 mesas de votación en toda la península, otras 4.741.790 personas estaban habilitadas para sufragar desde el exterior, incluidas casi 756.000 desde Argentina.
Los votos del exterior, que llegaron por correo, se escrutarán este domingo junto a los emitidos en Italia.
Meloni, que con su fuerza nacionalista de derecha Hermanos de Italia encabeza todas las encuestas en alianza con las también derechistas Liga y Fuerza Italia, busca consolidar la posición para alcanzar una mayoría simple de las bancas que le permita mostrarse ante Mattarella con el apoyo político suficiente para dar vida a un nuevo Ejecutivo.
«Escribamos la historia juntos», convocó Meloni, de 45 años, en redes sociales a media mañana.
La líder nacionalista tenía previsto votar por la mañana, pero decidió finalmente concurrir a las 23, al cierre de las urnas, para evitar aglomeraciones en torno a su participación, informó su entorno.
Con una ley electoral que reparte dos tercios de las bancas con el sistema proporcional o de lista o el otro tercio con un modelo de colegio uninominal o mayoritario, una de las incógnitas será ver el nivel de participación, que en las últimas dos elecciones estuvo por debajo del 80% por primera vez en la historia.
El anuncio de una «alerta naranja» vigente desde temprano en cuatro regiones del país por temporales generaba temores a mermas en la afluencia.
Al mediodía italiano, en el primer corte difundido por el Ministerio del Interior con el análisis del 20% de las mesas, la participación tras cinco horas de votación se ubicó en torno al 17.94%, levemente menor al 19.22% de las elecciones de 2018 para una muestra similar.
De frente a un complejo mecanismo de formación de Gobierno, la alianza que forman Hermanos de Italia, Liga y Fuerza Italia aparece en todas las encuestas como la favorita para alcanzar el primer lugar y un número de bancas entre el 40 y el 45% a nivel nacional, tras una campaña basada en el rechazo a la inmigración, políticas más duras frente a Europa y promesas de menor presión fiscal.
En caso de una muy buena elección, la derecha podría llegar así a los dos tercios de las bancas, el requisito para hacer reformas constitucionales sin necesidad de referendo confirmatorio.
De alcanzar ese umbral, podría avanzar así en su promesa de darle a los italianos la posibilidad de elegir al presidente con voto directo y que no sea resultado de un acuerdo entre parlamentarios.
En segundo lugar, según los sondeos, se ubicaría la agrupación de centroizquierda Partido Democrático que encabeza el expremier Enrico Letta, con cerca del 20% de los votos, en base a una ratificación del europeísmo del país, mayor afinidad con las preocupaciones ambientales y una agenda de ampliación de derechos sociales.
Sin embargo, la falta de alianzas con otras fuerzas podría complicar las posibilidades de que el sector presente una opción de Gobierno en caso de que fracase la chance de Meloni.
El Movimiento Cinco Estrellas, con posturas de mayor intervención del Estado en la economía, podría ser la tercera fuerza con una base del 12% de las preferencias de acuerdo a las encuestas previas.
Una vez elegida la nueva composición del Parlamento, será de todos modos Mattarella el responsable de elegir una figura para encargarle la formación de un nuevo Gobierno en virtud de los apoyos legislativos que pueda conseguir. Meloni, en ese marco, aspira a convertirse en la primera mujer de la historia del país en llegar a ser premier.
Según las últimas proyecciones la derecha podría obtener entre 248 y 268 bancas en Diputados y entre 136 y 136 en el Senado, por encima de las mayorías simples de 201 y 101.
La centroizquierda, en tanto, podría reunir entre 78 y 98 diputados y de 39 a 49 senadores, siempre en base a las últimas encuestas y a la espera de la definición en algunos de los colegios uninominales más parejos.
Las elecciones habían sido convocadas a fines de julio luego de la caída del Gobierno de Mario Draghi, que era apoyado desde febrero de 2021 por todos los partidos menos Hermanos de Italia, y que se mantiene en su cargo para la «administración corriente» del Estado hasta la jura de un nuevo Ejecutivo.