Personal policial detuvo esta mañana a un delincuente que, acompañado de otros dos sujetos, le robó el auto a mano armada a un chofer de Uber, junto a dos celulares, dinero en efectivo y documentación. La víctima rastreó uno de sus teléfonos y dio aviso a los efectivos policiales durante el allanamiento. Unos minutos antes, incautaron una moto que tenía pedido de secuestro por robo de parte del Departamento Judicial de Morón.
La investigación comenzó en la madrugada del domingo 30 de junio, cuando un conductor de la empresa Uber, de 41 años, transitaba a bordo de su auto Chevrolet Corsa Classic. Cerca de la 1:30 de la mañana, tres individuos se subieron al vehículo en Etchegaray al 400, en el barrio Las Américas.
El chofer condujo hasta Luis Varese y Moreno, en el barrio San Jorge, bien lejos del lugar de los hechos. Allí le apuntaron con armas de fuego, le sustrajeron dos celulares, $17.000 en efectivo y documentación personal, y escaparon a bordo del vehículo.
Una vez presentada la denuncia y luego de diversas averiguaciones, el Gabinete de Automotores de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) identificó a uno de los ladrones, un joven de 20 años. Inmediatamente se habilitó una orden de allanamiento para un domicilio ubicado en Jauretche al 400, a la vuelta del lugar en donde los delincuentes se subieron al Uber.
El procedimiento se realizó esta mañana. Al llegar al lugar, los efectivos notaron que se trataba de un desarmadero de motocicletas, donde se descartaban partes identificables, como el motor y los cuadros, para cambiar motopartes sanas por rotas y sin ningún detalle.
En la vivienda se incautó una scooter Aprilia de alta gama que contaba con un pedido de secuestro activo por robo desde el 26 de julio del año pasado, a pedido de la comisaría sexta de la localidad bonaerense de Morón. La moto tenía puesto una patente que pertenecía a otra Aprilia radicada en San Isidro.
En el lugar se encontraba una mujer de 53 años, a quien se la notificó por la formación de una causa por «encubrimiento agravado».
Ni los celulares, ni el auto, ni el sospechoso se encontraban allí. Sin embargo, la víctima se encontraba en comunicación telefónica con ellos y les dio la ubicación de su móvil en tiempo real.
Se encontraba a unos 250 metros de la vivienda allanada, por lo que los efectivos se dirigieron hacia el nuevo objetivo. Ubicaron al sospechoso en Jauretche y El Cano, quien al notar la presencia de los policías empezó a correr. Luego de una persecución a pie de unos 300 metros, lograron reducirlo en Avenida Juan B. Justo y Jauretche.
Segundos antes, al verse acorralado, el joven rompió el celular robado y lo tiró al piso. El teléfono fue secuestrado y la fiscal Lorena Irigoyen ordenó su traslado a la Unidad Penal Nº 44 de Batán. El delincuente fue imputado por el delito de «robo agravado».