Un joven de 21 años se dispuso a disfrutar del Día de San Patricio en Quba, un boliche ubicado en la escollera norte de Playa Grande. Sin embargo, la noche no terminó bien: un objeto de vidrio le estalló en el rostro, le provocó severas lesiones y daños tanto físicos como psicológicos.
El episodio ocurrió el 17 de marzo de 2017 y en las últimas horas la justicia falló en favor del joven que inició una demanda contra el bar y la compañía de seguro, que deberán pagarle $52.200.000 más intereses, aplicando la Ley de Defensa del Consumidor por existir una deber de seguridad por parte de la sociedad demandada.
Dicho monto, además, será ajustado mensualmente hasta su pago total por el índice de precios al consumidor (IPC) del Indec, a lo que se le sumó una tasa de interés «pura» que se determinó en un 6% anual sobre el capital ajustado.
El terrible accidente se dio en medio de los festejos por el Día de San Patricio, cuando el joven de 21 años, estudiante de abogacía, se acercó junto a dos amigas a tomar algo a «Quba Café del Mar».
Tras ingresar al lugar en horas de la madrugada, y mientras disfrutaba del festejo, un objeto de vidrio le estalló en el rostro provocándole peligrosos cortes. En ese momento, el personal del lugar llamó a una ambulancia y el hombre fue trasladado y atendido en el HPC.
Tiempo más tarde, el 15 de mayo de 2018, se sometió a la primera intervención quirúrgica mediante la técnica de aplicación de laser pixelado para intentar mejorar la apariencia de las marcas y, además, devolverle sensibilidad a su rostro.
La técnica no dio buen resultado, por lo que el 10 de julio siguiente un médico especialista en ortopedia y traumatología lo evaluó y determinó que padecía una incapacidad del 44,8%.
Además de las cuestiones físicas, el joven estudiante padece secuelas psicológicas, dado que al tener el rostro desfigurado debió aislarse de la luz solar, dejó sus estudios y se sumió en un fuerte depresión frente a la incomodidad que le producía la mirada de los demás.
En tanto, invirtió muchísimo dinero en costosas cremas y tratamientos para mejorar sus cicatrices, con lo que tampoco obtuvo el resultado deseado.
Durante los siete años consiguientes al accidente, la vida del sujeto se vio envuelta en tratamientos y procesos para mejorar su condición. Con esos argumentos, la Justicia indicó que, dentro de los $52.200.000 que el bar y la compañía de seguros deben abonarle $1.200.000 corresponden a gastos de atención médica y farmacéutica; $38.000.000 a la incapacidad parcial y permanente; y por daño moral la suma de $13.000.000.