Juan Carlos Galarregui, el hombre acusado de asesinar a golpes a Rocío Fernández, se negó a declarar y permanecerá detenido en la Unidad Penal 44 de Batán.
El hombre de 56 años que fue detenido anoche en la terminal de ómnibus de Santa Clara cuando intenta abordar un micro hacía Capital Federal, decidió guardar silencio ante el fiscal Fernando Berlingeri.
Galarregui cuenta con un defensor oficial que le aconsejó no declarar por el momento. Por su parte, el fiscal lo imputó formalmente por el delito de homicidio agravado por la figura de femicidio y ordenó su traslado a la Unidad Penal 44 de Batán.
Antes de ser sometido al acto de la declaración indagatoria, el fiscal tuvo que certificar la identidad del imputado: cuando lo detuvieron tenía un documento con otra identidad y en todo momento negó ser la persona que la policía estaba buscando.
El primera certeza de los investigadores fueron los tatuajes. Los dibujos en los brazos y en el pecho coincidían con los mismos tatuajes que tiene el supuesto asesino. Una vez en Tribunales se le tomaron las huellas digitales para poder establecer la verdadera identidad.
Galarregui logró escapar ayer cuando la policía llegó hasta la casa de Grecia al 1000 en busca de Rocío Fernández, la mujer de 27 años que se encontraba desaparecida desde el sábado a la madrugada.
El cuerpo de Rocío fue hallado dentro de un freezer que estaba en el patio de la vivienda. Galarregui huyó por los fondos y en la esquina de 180 y Balcarce se subió a un micro.
La autopsia determinó que la mujer fue asesinada a golpes entre el domingo y el lunes. Una lesión encéfalo craneana y la fractura del hueso hioides, fueron las causa de la muerte.
Rocío salió de su casa en Punta Mogotes el sábado pasado cerca de la 1.30 a bordo de un remis que la llevó hasta la casa de un amigo. Allí estuvo hasta las 6.30, cuando se retiró para irse a otro lugar -el cual no especificó-, subió a un taxi que la dejó en Hernandarias y Edison. Desde se momento no se supo nada más.
El lunes, los familiares de Rocío realizaron la denuncia y la causa quedó en manos del fiscal Fernando Berlingeri. Los primeros en declarar fueron el amigo de Rocío que la recibió en su casa el sábado a la madrugada y el chofer del taxi que la llevó hasta Edison y Hernandarias.
El amigo explicó que estuvo con Rocío hasta que cerca de las seis y media se tomó un taxi que funciona con la aplicación de Uber para irse a encontrar con un hombre con el que había mantenido una charla por chat.
El taxista no recordaba haber llevado a Rocío, pero después pudo constatar por la aplicación del GPS del vehículo que a la hora señalada, dejó a la mujer en la esquina de Hernandarias y Edison.
Ayer, los investigadores supieron que Rocío le había enviado un mensaje a un amigo en el que decía «cualquier cosa voy a estar acá» y le envió la ubicación de la casa de Gracia al 1000. lamentablemente, horas después Rocío fue hallada sin vida.
