Pericias acústicas confirmaron esa hipótesis sobre el sangriento hecho ocurrido el 25 de agosto pasado cuando José Enrique del Río, de 75 años, recibió tres disparos y se encontraba del lado del acompañante, mientras que María Mercedes Alonso de 72 años fue ultimada un disparo en la cara, mientras manejaba el Mercedes Benz E350.
Siempre de acuerdo con la investigación, los dos integrantes del matrimonio tenían el cinturón de seguridad puesto y las puertas del auto estaban semicerradas.
Por el momento no se pudo corroborar si el tirador, que utilizó una pistola 9 milímetros, estaba o no en el asiento trasero.
Las autopsias y algunas investigaciones en torno al movimiento de la pareja señalan que hay una ventana abierta de los crímenes entre las 17:30 y las 23 en la jornada en la que se produjo el doble asesinato.
Con relación al agujero que estaba en uno de los almohadones del comedor, se indicó que dispararon a quemarropa apoyando el cañón del arma contra un almohadón que estaba suelto.
El balazo ingresó perpendicular al piso, el almohadón del sillón, parte de su estructura y se clavó en el parquet.
Por el hecho solo hay una persona detenida, se trata de María Ninfa Aquino, la empleada doméstica que trabajaba con los jubilados desde hacía 12 años.
Para la Justicia es partícipe necesaria del doble crimen y se esperaba que en las próximas horas los fiscales de la causa podrían citarla para ampliar su declaración en la que en todo momento negó los hechos en los que se la vincula, mientras que quienes estuvieron dentro de la casa son conocidos, ya que, además de haber robado plata y joyas, también retiraron las cintas de las cámaras de seguridad del lugar.
Para los hijos de la pareja también fueron robadas dos armas que su padre tenía guardadas por seguridad en su cuarto.
Ante ello sospechan que la 9 milímetros utilizada para asesinarlos podría llegar a ser de propiedad del jubilado.