Durante el último tiempo ha crecido exponencialmente una especie relativamente nueva en la región. Si bien pasamos demasiado tiempo mirando al celular y es probable que no nos hayamos detenido a mirar hacia arriba, el incremento de los estorninos que bailan en el cielo es llamativo aunque aún no es muy reconocida por los marplatenses.
Portal Universidad dialogó con Laura Biondi, investigadora adjunta del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (CONICET – UNMDP), sobre los estorninos que habitan en la ciudad y las problemáticas que pueden traer.
Si bien son originarios de Europa y el Oeste de Asia, llegaron a nuestro país cerca de 1980, “invadieron casi todos los continentes y Argentina fue como el último lugar al que llegaron”, dijo.
La investigadora comentó que “hay rumores que siempre hubo, que los primeros individuos que aparecieron fueron el resultado de gente que los ha traído por mascotismo y los ha liberado. Igualmente, es una especie con excelentes capacidadesinvasoras”.
Si bien no hay datos concretos sobre hace cuánto que están en Mar del Plata, Biondi afirmó que “hace más o menos 20 años que comenzaron a verse en los alrededores y en la ciudad hace no menos de 10 años”.
En el 2021 la especialista realizó, junto a su grupo de investigación, un censo de varias especies, “fue principalmente del chimango, pero también anotamos estorninos. Observamos que hay estorninos en prácticamente todos los barrios de la ciudad”.
En este crecimiento de la población de estas aves que se vieron en el último tiempo no tiene una causa específica, sino que “es muy buena invasora, tiene un montón de estrategias que la hace bastante eficiente. Son muy sociales, con alto éxito reproductivo, tienen una inteligencia bastante alta también, son omnívoros y la dieta nunca es un límite”, afirmó.
Aunque es notable este aumento de la población de estorninos, la investigadora señaló que “todavía no supera a los chimangos o las palomas”
Biondi declaró que “son bastante agresivas a la hora de competir, no tanto por recursos sino por sitios de nidos. Lo desplazan activamente a los dueños originales, como son sociales y van en grupo, esto les permite acceder a situaciones o correr riesgos que individualmente no lo harían”.
Los estorninos se caracterizan por los bailes que crean en el cielo volando en conjunto, esto se debe a que “es un comportamiento previo a irse a los lugares en donde duermen.
“Hacen dormideros comunales que puede ser un árbol o un monte. Antes se juntan y hacen esos bailes en el cielo, que en realidad es el resultado nuestro de cómo lo vemos, porque ellos no es que aceleran y desaceleran a conciencia, sino que siempre siguen el movimiento de los individuos más cercanos, pero en conjunto se forman este tipo de bandadas o de bailes”, explicó.
La investigadora señaló que “hay varias teorías de porque duermen todos juntos, una es por una cuestión de temperatura y otra es de transferencia de información de lugares importantes que experimentaron”.
¿Qué consecuencias traen a la ciudad?
Aunque muchas aves son transmisoras de enfermedades, en el caso del estornino “no se ha demostrado”.
La investigadora mencionó que “se los puede tomar por un lado beneficiosos, porque consumen muchos insectos en zonas de agroecosistemas, está consumiendo lo que son las plagas”.
Igualmente, en su contrapunta “consumen frutas y semillas por lo que pueden hacer bastante daño, más si hay muchos. Lo mismo te escarban alguna raíz o brote que fue plantado a propósito, porque como son números muy grandes puede ser un costo bastante grande para el campo”, expresó.
Si bien tiene efectos negativos en el campo, Biondi declaró que para afectar a la ciudad “tendríamos que tener muchísimos más. Lo que sí pasa es que donde tenés un montón de heces en la calle son los árboles que usan como dormidero y más que nada ensucian la vía pública”.
“Es una especie que está incrementando muchísimo, por ahora no veo que haya algún conflicto grande en los ambientes de la ciudad, quizás sí a nivel de competencia con otras especies. Hay que controlarla y ver su comportamiento ”, indicó.
En 2018 el Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, a través de la Dirección de Flora y Fauna, había autorizado la casa de estorninos, mediante el decreto Decreto 279/2018, con el objetivo de garantizar la administración y preservación de los recursos naturales. Si bien la investigadora destacó que “no sé en qué quedó la disposición, si se sigue haciendo o no”, señaló que “no creo que sea una forma efectiva de exterminio. Puede poner en riesgo a otras especies”.