El viernes 2 de agosto Rocío Fernández, de 27 años, salió de su casa en Punta Mogotes cerca de la 1.30 a bordo de un remis que la llevó hasta la casa de un amigo. A ese punto llegó, pero cerca de las 6.30, cuando se retiró para irse a otro lugar -el cual no especificó-, subió a un taxi y no supieron más nada de ella.
Durante el sábado su mamá, con quien comparte casa en Bernet y Guiraldes, no estuvo en la vivienda entonces no se alarmó demasiado por la ausencia de Rocío dado que esperaba cruzarla a su vuelta.
Ese día, además, su hermana había recibido una respuesta por WhatsApp de forma extraña y el amigo que había visitado la noche anterior recibió una llamada de ella en la que nadie respondió del otro lado.
Llegada la noche del sábado, el teléfono se apagó. «Esperamos para hacer la denuncia porque es grande entonces hasta el domingo, que mi mamá volvió y no la encontró, denunciamos. Aportamos lo que más pudimos y la policía visitó la casa de su amigo», relató Virginia, su hermana, a Mi8.
La denuncia fue radicada y la investigación está a cargo de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) que aún no reportó novedades de la mujer a la familia.
Rocío mide 1.74 metros, pesa 54 kilos y tiene un tatuaje de mariposa en una de las manos, además de otro muy identificable de flores en una pierna. Al momento de su desaparición llevaba puesto un pantalón de jean, un buzo azul y chaleco con capucha negro.
Ante cualquier dato o sospecha se encuentra disponible el teléfono 223 5917911 o mismo el 911.