Esta última semana fue algo intensa para la pesca. No tanto por la actividad o los conflictos gremiales, sino por el cimbronazo que generaron las declaraciones del ministro Federico Sturzenegger, que dijo -a apenas cuatro meses del vencimiento de las cuotas de pesca– que los empresarios del sector pescan gratis.
Sin demoras, referentes y cámaras pesqueras salieron a responderle al Gobierno, que públicamente -después de esos dichos televisivos- no dijo más nada ni de la pesca, ni del puerto, ni de la actividad. Sin embargo, al menos en Mar del Plata, quedó la molestia y la incertidumbre sobre qué posición adoptará la gestión de Javier Milei ante el vencimiento de las cuotas de pesca el 31 de diciembre, que los empresarios piden que vuelvan a ser por 15 años, en las mismas condiciones que las actuales.
A este tren de críticas a los dichos de Sturzenegger, se le sumaron las valoraciones del Simape, que nuclea a los marineros, y ahora también las del Supa, que representa a los estibadores de los muelles de Mar del Plata y que advirtió que “si el Gobierno sigue tratando así a la pesca, vamos por el segundo barcazo”.
“Cómo van a decir que la pesca, pesca gratis. No sólo que no es verdad, sino que eso demuestra que ellos quieren regalar la pesca a empresas foráneas. No gobiernan para el país, gobiernan para recaudar para otros. Para mí esto es muy parecido al 2000, la mano viene muy parecida. Quieren vender la pesca, liberarla, que venga cualquiera a pescar. Y eso ya lo vivimos. Como en aquel momento, no lo vamos a permitir. Si es necesario, se va dar otro barcazo”, disparó Carlos Mezzamico, secretario general del Supa, en diálogo con Mi8.
Para el estibador, estos dichos y otros, como los que se escucharon cuando la Ley Ómnibus quería cambiar la Ley de Pesca, “demuestran que no saben nada de pesca, pero que tampoco saben dialogar”. “Nosotros sí sabemos de esto, es nuestro trabajo y nuestra vida. Y no sólo que no nos consultan, sino que quieren cambiar cosas para recaudar más, para abrirle nuestro mar a empresas foráneas. Ellos quieren recaudar para sus mandantes”, se despachó Mezzamico, que aseguró que decir que la actividad trabaja gratis “es una locura”.
“La pesca no es gratis, acá se paga lo que se tiene que pagar. Esta gente no piensa en el país ni en la pesca. Piensa en recaudar para los mandantes. Eso mismo fue lo que pasó en el 2000: quisieron vender la pesca”, advirtió.
El barcazo fue un fenómeno de lucha muy potente, que tuvo lugar a principio del nuevo siglo y que implicó la zarpada -con acompañamiento del intendente de entonces, Elio Aprile- de 100 embarcaciones fresqueras -que bloquearon el Río de la Plata- y el traslado por tierra de 15 mil trabajadores hasta la Casa Rosada.
En Mar del Plata, ese 17 de mayo de 1999, más de 100 mil personas despidieron a las embarcaciones.
El reclamo era frenar el avance de los barcos extranjeros congeladores y el levantamiento de la veda sobre la merluza. Gracias a este hito de lucha común, se trató y se aprobó la Ley de Emergencia Pesquera, que puso fin al conflicto.
