sábado 7 de septiembre de 2024
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«A Walsh siempre se busca santificarlo o condenarlo y en el medio se pierden las buenas historias»

El periodista Facundo Pastor habló con Mi8 sobre Emboscada, el libro que recrea las últimas horas de vida de Rodolfo Walsh y que echa luz sobre un misterio: dónde están los cuentos inéditos que la dictadura le robó al escritor.

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Facundo Pastor dialogó con Mi8. Foto: Marcelo Núñez.

POR FEDERICO DESÁNTOLO

Los vecinos de San Vicente no sospechan que el profesor Beto, un jubilado que da clases particulares de inglés, es Rodolfo Walsh: periodista, escritor y la presa que el grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA busca con obsesión. El 25 de marzo de 1977, el profesor Beto llega a la estación Constitución. Tiene una cita clandestina con Pepe Salgado, un militante que supo formar parte de su grupo más cercano en Montoneros. Sin saberlo camina a una trampa, a su propia muerte.

El periodista Facundo Pastor leyó expedientes; publicaciones de la época; hurgó en documentos de agencias de inteligencia nacionales y extranjeras; realizó un sinfín de entrevistas; descubrió personas y lugares. El resultado de esa investigación obsesiva es «Emboscada», el libro que recrea las últimas horas de Walsh y que avanza varios casilleros en una búsqueda: los cuentos inéditos de Walsh que los militares se llevaron de la casa de San Vicente.

Una llamada en plena pandemia marcó el comienzo de Emboscada. Su editor lo llamó para saber en qué andaba y Pastor le contó la historia de José Pepe Salgado, un militante de Montoneros al que la historia oficial señala como el autor del atentado en el comedor de la Superintendencia de Coordinación Federal, el 2 de julio de 1976.

«Me parecía increíble, me preguntaba si era real la historia oficial que todo el mundo replicaba. Me impactaba la historia de un pibe de 22 años como es Salgado, una familia de clase media de San Isidro, profesionales, metido en una historia así. Y, además, cuando veo que Pepe Salgado era la persona con la que Walsh se tenía que encontrar el día de su secuestro, ahí sentí que había una historia«, cuenta el periodista antes de presentar Emboscada en la Feria del Libro de Mar del Plata.

Del otro lado del teléfono, el editor, dijo: «Esa historia es Walsh».

¿Qué aporta Emboscada al universo Rodolfo Walsh?

A Walsh siempre se busca santificarlo o condenarlo y en el medio de se pierden la buenas historias. Me parece que la búsqueda de los cuentos inéditos es algo abierto, como tantas otras cosas alrededor de los 70: la búsqueda de los nietos y de los 30 mil desaparecidos. Me parece que va un poco en ese sentido. Dónde están estos cuentos, quien los tiene y, siempre con el convencimiento de que existen, de que alguien los guarda. Después me parece que sin entronizarlo ni condenarlo, es tratar de abrir una ventana para ver cómo vivía su vida de militante en dictadura: citas clandestinas, pies telefónicos, identidad falsa.

Es un Walsh que tiene miedo…
Hay un tipo con miedo, hay un tipo que tiene una pulsión de muerte que también habla de ese momento. Él va a esa cita y en algún lugar de su inconsciente sabiendo que cualquier cita en ese momento de la dictadura podía estar cantada y esta lo era. La muerte de su hija Victoria es algo que lo deja medio en jaque como ser humano, porque en este caso él con Victoria tenía algo especial por su militancia. Se lo ve con miedo y con una pulsión de muerte.

Se nota una investigación rigurosa casi obsesiva, pero con un final abierto, ¿un libro se termina o se entrega?

El libro me lo saca de las manos mi editor porque la frustración de estar ahí de encontrar los cuentos desaparecidos de Walsh no me dejaba terminar. Yo sé que hasta cierto punto se había contado esa historia de los cuentos de Walsh, pero hay un montón de cosas que no se contaron y yo avancé en ese sentido, aporté nuevos personajes que aparecen vinculados a los cuentos; aporté el último lugar donde estuvieron ocultos que es una casa de Saavedra; todo eso fue la manera de encontrar los cuentos sin encontrarlos.

No es el primer libro de Facundo Pastor. Escribió Nisman, ¿Crimen o suicidio?, ¿Héroe o espía? y El gran arrepentido, acerca de Alejandro Burzaco, el argentino implicado en el FIFA GATE, dos libros que su autor define como «muy periodísticos». En Emboscada, asume el desafío de encontrar un registro de escritura que le permita moverse en la ficción y el periodismo. Hay una primera parte donde la no ficción estructura el relato porque la acción es protagonista y, una segunda parte, donde prevalece la objetividad del periodismo clásico para realzar el dato.

«Ya no hay frontera entre la novela y el periodismo, y cuando lo tuve que contar desde la crónica periodística fui ahí, y traté de diferenciar el relato que es ordenador en tanto la llegada de Walsh a su asesinato y después la cosas que van pasando con su cuerpo adentro de la ESMA y después el derrotero de los cuentos», explica el autor.

Hay un reverdecer de la teoría de los dos demonios que tiene como sustento algunos libros que hablan de los 70. ¿Cómo te parás ante eso?

Creo que son libros plenamente armados para ese fin. También los hay ahora y mucho peor porque lo tenemos institucionalizado con un candidato a presidente y con una diputada nacional candidata a vicepresidenta. Repiten exactamente lo mismo que decían los libros que en el momento previo al juicio a las Juntas intentaban plantear. No hay que buscar en la gente más leída o vinculada a este tipo de investigaciones, buscá en el fenómeno de la película 1985. Los pibes y las pibas estudian en las escuelas el concepto de lo que es el terrorismo de Estado. Te digo esto y al mismo tiempo me pregunto si esa discusión estaba saldada, y me lo pregunto de manera de que sigamos cuidando un legado que la Argentina tiene y que es modelo en el mundo en materia de derechos humanos.

Entre las horas de televisión, en canal América y de radio, en La Red, Pastor está metido en su cuarto libro. La presencia omnisciente de su editor lo censura y poco puede contar del nuevo proyecto que se escribe a contrarreloj.

«Es un instante, una foto que es la puerta de entrada a la tragedia argentina. Es un momento que por algún motivo siempre pasamos por alto y que no hay una investigación puntual. Entonces yo ahí me meto con el eje en un personaje sumamente importante en la historia argentina, hasta ahí más o menos puedo contar».

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